sábado, 20 de abril de 2013

Castilla comunera

 

Este enlace que os pongo es hacia un artículo publicado en 2005 en la sección cultural de un periódico online en el que de forma muy clara y completa se resume el episodio histórico de la Guerra de las Comunidades.

http://findesemana.libertaddigital.com/castilla-comunera-1276231051.html

Poco hay que añadir a este resumen en cuanto a la narración de hechos. Es por ello que recomiendo su lectura.

Pero, de todas formas, le falta una parte fundamental. La Guerra de los Comuneros se encendió con unas chispas muy concretas, que en el texto se detallan, pero detrás de ello existe todo un trasfondo político que el artículo no recoge.

No recoge la valoración de esta guerra como lo que fue, una revolución popular en toda regla. La primera revolución moderna (sí, antes de la francesa). Los castellanos querían hacer valer sus fueros, su cuerpo jurídico histórico, que no iban sino en la línea de la más pura democracia electiva para el gobierno de sus villas (frente a la imposición de los corregidores por designación real), de la democracia representativa (las Cortes, es decir, el Reino, estaban por encima del Rey), de la administración comunitaria y solidaria de los bienes de la propia comunidad (la defensa del común) y, en suma, del propio reconocimiento de la soberanía popular.
Al poco de comenzada la guerra, frailes franciscanos y dominicos se erigieron como auténticos idearios de la revolución y ayudaron a conformar el cuerpo doctrinal de la misma, que no tenía otro propósito que el de instaurar un auténtica monarquía parlamentaria (¡en esa época!). Es por tanto que el ideal comunero sigue siendo inspirador, 500 años después, del pensamiento político castellanista. En nuestras propias raíces identitarias como nación (la base jurídica foral primero y, sobre ella, el pensamiento comunero) nos encontramos con las directrices más actuales que deben servir para el desarrollo humano, político y social de Castilla como pueblo.

Cuando algún amigo me dice, desde su desconocimiento, “la rebelión comunera fue sólo una rebelión contra los impuestos de Carlos de Habsburgo para coronarse”, yo le respondo, “no, aunque fuera el detonante, fue mucho más trascendente: es totalmente equivalente al ‘motín del té’ en Boston, que no fue una revuelta contra el impuesto de la metrópoli sobre este producto, sino el inicio de algo de mayor calado, la Revolución Americana o Guerra de Independencia (con toda la carga política que conocemos)”.